El presidente Asif Alí Zardari, de Pakistán, ha confirmado su participación en la cumbre de la OTAN que se celebrará los días 20 y 21 de este mes en Chicago, en el que se debatirá el futuro mediato de Afganistán.
Esta aproximación, tras seis meses desde que el gobierno pakistaní bloqueó el tráfico de provisiones y armamento para las tropas desplegadas por la alianza atlántica en suelo afgano, supone también que puede haber negociaciones para volver a abastecer a esas tropas utilizando el puerto de Karachi. Los caminos alternativos, a través de Asia Central, no sólo son más extensos sino también más costosos por ser, en gran parte, por vía terrestre. No obstante, el gobierno pakistaní no sólo exige tres mil millones de dólares por su cooperación en la lucha contra los Talibán, sino también el pago de cinco mil dólares por el ingreso de cada container en Karachi y su transporte hasta Afganistán. En tiempos en que los Estados Unidos se están preparando ante un eventual enfrentamiento con la República Islámica de Irán y el retiro programado de Afganistán, a completarse en el 2014, Pakistán es una pieza clave para la superpotencia occidental en el tablero del Centro y Sur de Asia.
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