viernes, 25 de mayo de 2012

Crece la tensión entre los Estados Unidos y Pakistán.

A pocos días de la reunión cumbre de la OTAN en Chicago sobre el futuro de Afganistán, en la que participó también el presidente Zardari de Pakistán, las relaciones entre los Estados Unidos y su aliado en la región se están deteriorando aceleradamente. ¿Es parte del tira y afloje para lograr un acuerdo económico, una cifra final para restablecer la ruta de abastecimiento? Las declaraciones del senador republicano Lindsey Graham son ácidas, afirmando que Pakistán es un "aliado esquizofrénico" al permitir que una corte tribal haya juzgado y condenado al Dr. Shakil Afridi a treinta y tres años de prisión por haber cooperado con la CIA en la identificación de Osama bin Laden. El representante Dana Rohrabacher fue aún más lejos, calificando a Pakistán como "país terrorista", una acusación para la cual no hay mucho retorno. Palabras duras que pueden impactar en un año de campaña electoral, pero que resuenan con mucho eco en la árida diplomacia del centro y sur de Asia.

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