Con la asunción de Richard Nixon a la presidencia de Estados Unidos en enero de 1969, en plena guerra de Vietnam, el nuevo mandatario de signo republicano se empeñó -junto a su conocido asesor de seguridad nacional, Henry Kissinger- en lograr la distensión en el enfrentamiento de la guerra fría con la Unión Soviética. El secretario general del Partido Comunista soviético, Leonid Ilich Brezhnev, fue su contraparte en la búsqueda de lo que se dio en llamar la "détente" entre ambas superpotencias, a pesar de que permanecieron abiertos algunos frentes como el del Sudeste asiático. Pero ambos lograron despejar algunas suspicacias y se iniciaron las conversaciones de desarme atómico, procurando llegar a firmar el tratado SALT.
Nixon, que ganó ampliamente la reelección en 1972, debió renunciar por el escándalo del Watergate en agosto de 1974, siendo sucedido por el congresista Gerald Ford, poco antes elegido vicepresidente por el Congreso. El presidente Ford mantuvo esa política de distensión, junto al entonces secretario de Estado Henry Kissinger, llegando a tener una reunión cumbre con Brezhnev en Vladivostok.
Pero estos acercamientos diplomáticos se perdieron durante la presidencia del demócrata Jimmy Carter a partir de 1977, quien intentó ligar la política exterior con la promoción de los derechos humanos en los países de Europa oriental. Carter tuvo una presidencia desafortunada: a comienzos de 1979 cayó el régimen monárquico del Sha Mohammad Reza Pahlevi en Irán, un aliado de los Estados Unidos en el golfo Pérsico. El 4 de noviembre de ese año, un grupo de estudiantes tomó la embajada estadounidense en Teherán, reteniendo como rehenes a los funcionarios que allí se encontraban. Y el 25 de diciembre la Unión Soviética invadió Afganistán, arrojando al cesto de la basura los tibios avances logrados en los años de la distensión.
¿Por qué se produjo esta invasión que desangró a los soviéticos? Brezhnev se hizo célebre por la doctrina que llevó su nombre por la invasión de agosto de 1968 a Checoslovaquia, cuando los tanques del Pacto de Varsovia -con la sola excepción de Rumania- aplastaron el intento del "socialismo con rostro humano" que impulsó Aleksandr Dubček para darle legitimidad y nueva vida al socialismo real. Desde entonces, Brezhnev se hizo adicto a los calmantes, ingesta que terminó deteriorando su cuerpo y facultades mentales. A raíz de este deterioro, el verdadero poder soviético se hallaba en manos de la troika formada por el director de la KGB Iuri Andropov, el ministro de Relaciones Exteriores Andrei Gromiko y el ministro de Defensa Dmitri Ustinov, siendo estos tres miembros del Politburó -el órgano máximo del PC soviético- los que tomaban las decisiones fundamentales.
Observemos el escenario afgano, para comprender la situación interna de este montañoso país. En 1973 fue derrocado el Rey Mohammed Zahir Shah, quien había dado los pasos iniciales hacia la monarquía constitucional y un ambiente más permeable a la secularización y modernización de las costumbres, siendo sucedido por su primo Mohammed Daud Khan, que se proclamó presidente de la República. El Rey partió al exilio, sólo para retornar en el 2002 y colaborar con la reconstrucción del país tras el régimen de los Talibán, sin pretender la restauración de la monarquía. El breve período republicano de Daud se caracterizó por ser un régimen opresor.
En un sangriento golpe en 1978, en la "revolución de abril", militares tomaron el poder en Kabul, le entregaron el gobierno al Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA) y buscaron apoyo en la URSS, cuyos dirigentes al parecer ignoraban este plan. Dado que Afganistán era entonces limítrofe con la Unión Soviética, el nuevo régimen de izquierda recibió constante ayuda económica y consejeros rusos y de Asia Central. Lo cierto es que, como en toda dinámica revolucionaria, comenzó el proceso interno de purgas dentro del PDPA: la fracción Jalq, liderada por Nur Mohammad Taraki y Hafizullah Amín aplicaron el terror stalinista contra la fracción Parcham. A pesar de que los soviéticos sugirieron evitar la aplicación de la purga interna en un régimen tan endeble, Taraki prosiguió con la represión interna. Taraki -primer ministro- firmó un Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Coooperación con Brezhnev en su visita a Moscú. A comienzos de 1979 hubo un levantamiento de orientación islámica en la ciudad de Herat, contraria a las reformas radicales que estaba introduciendo el régimen Jalq, y los líderes de Kabul pidieron asistencia militar a la URSS. Durante varios meses, la troika mencionada debatió la intervención a su aliado inesperado, poniendo atención en la revolución islámica que se estaba desarrollando en Irán simultáneamente. Asimismo, el despliegue del ejército soviético para "salvar la revolución" hubiera significado el fin de la distensión y la no ratificación del tratado SALT de limitación de armas.
Lo cierto es que, en este ambiente tenso, Hafizullah Amin dio un golpe de Estado en septiembre contra el primer ministro Taraki, quien el 9 de octubre de 1979 fue estrangulado en su celda. El 4 de noviembre, los estudiantes iraníes tomaron la embajada de Estados Unidos en Teherán. El 12 de diciembre del mismo año, la OTAN decidió el despliegue de misiles Pershing en Europa occidental. Ante estos sucesos y para demostrar iniciativa política y diplomática, se elaboró un plan de intervención por parte de Ustinov y Andropov para Afganistán, deponer a Amín, bajo el pretexto de que el gobierno afgano ya había solicitado la ayuda militar. Leonid Ilich Brezhnev habría dado su consentimiento a la invasión sin haber logrado entender, por su deterioro, la dimensión de lo que estaba aconteciendo.
En la cruenta invasión y toma del palacio presidencial, Hafizullah Amín fue detenido y acribillado por los soviéticos, tras lo cual impusieron a Babrak Karmal como nuevo líder afgano, miembro de la facción Parcham. Este, no obstante, fue depuesto por iniciativa de Mijail Gorbachov en 1986 por haber demostrado su ineptitud en el cargo, ya en plena guerra civil contra la insurgencia islámica.
Esta invasión provocó el bloqueo económico de Occidente a la URSS, tan necesitada de alimentos y capitales, sepultó en el olvido al tratado SALT, el boicot a los juegos olímpicos de Moscú de 1980 por parte de los occidentales y contribuyó decisivamente al clima de pesimismo que llevó al fracaso a la presidencia de Carter, derrotado en las elecciones de noviembre de 1980 por el republicano Ronald Reagan.
Bibliografía consultada
Vladislav Zubok, Un imperio fallido. Barcelona, Crítica, 2008.
John Lewis Gaddis, Nueva historia de la Guerra Fría. México, FCE, 2011.
Robert Service, Camaradas. Barcelona, Ediciones B, 2009.
Mijail Gorbachov, Memorias. Barcelona, Plaza & Janés, 1996.
Jean Meyer, Rusia y sus imperios. México, FCE, 2005.
Vladimír Nálevka, Světová politika ve 20. století. Praga, Nakladatelství Aleš Skřívan, 2000. Tomo II.
Běla Plechanovová e Jiří Fidler, Kapitoly z dějin mezinárodních vztahů. 1941-1995. Praga, ISE, 1997. Tomo II.
Muy interesante, objetivo y serio...Pero quisiera agregar con el mayor respeto: Ya que nombró como una de las consecuencias que tuvo que padecer la URSS por su acción ilegal fue el "bloqueo de alimentos" Me parece que hubiese sisdo adecuado, por el solo hecho de haber sido escrito en Argentina y esencialmente para publico argentino, agregar que nuestra nación Argentina en esa época gobernada ilegalmente bajo la dictadura militar no se adhirió al bloqueo de alimentos contra la URSS y a través de las grandes consignatarias de cereales se les proveía de trigo pplmente....Un negocio impresionante que subsisitió aún durante el gobierno democrático de Alfonsin....
ResponderEliminarGracias por el comentario. Este blog intenta, en la medida de sus posibilidades, dar una visión breve sobre la región de Asia Central. Está escrito desde Uruguay para todos los lectores de habla castellana, aunque el autor haya tenido el "pecado original" de haber nacido y vivido buena parte de su existencia en Argentina. El bloqueo que señala es interesante: no sólo la Argentina hizo pingües negocios cerealeros en esa circunstancia, sino que ¡adhirió al boicot a los juegos olímpicos de 1980! Nuevamente gracias.
ResponderEliminarla dictadura militar adhirió al boycot de los juegos olimpicos, porque no le significaba ningun rédito económico y para ver si "engañaba" a Occidente demostrando que cambió! Lo cierto es que Argentina para entonces ya era considerado un "país paria" por los países democráticos y capitalistas del globo y despues de haber intentado invadir Chile ya era considerado un país peligroso para la región...La cercana amistad de la Junta militar con la cupula sovietica intentando "garronear" votos o al menos "vetos" favorables para evitar que Argentina sea sancionada por la carnicería humana que la junta había desarrollado en Argentina desde que asumió ilegalmente el poder ya es bien conocida...Lo interesante es: que esa cruenta invasión a Afganistan llevada a cabo por la URSS, no me refiero a su ejecución, pero si al afianzmiento de la ilegalidad cometida por la URSS, tuvo al menos un complice en nuestra región y ese cómplice se llamó la dictadura militar argentina junto a las cerealeras que se forraron en divisas vendiendo trigo, negocio que despues siguió durante todo el gobierno de Alfonsín...Que notable y coincidencia a la vez: Argentina fue el país americano que persistió mas tiempo haciendo negocios con la Alemania Nazi ( hasta Febrero dde 1944) un año mas que Chile y exactamente dos años mas que todos los demás países que acompañaron en la Conferencia de Río de 1942, con su ruptura de relaciones a raíz del ataque a Pearl Harbor de de Diciembre de 1941. Es interesante observar que lejos de lo que se dice usualmente . Pareciera que Argentina tiene una línea bien marcada en politica exterior...Esta "linea" es sea cual fuere el gobierno, opnerse a EEUU sin valorar costos y beneficios y siempre con un afan de parecer un país "independiente de criterio" pero de manera caprichosa y sin sentido práctico en lo político sin lograr jam´s que los beneficios superen a los costos....
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